Devocional – El Milagro del madero
El mundo cristiano celebra más de dos mil años del sacrificio vicario de Jesucristo en la Cruz. Es el milagro de la justificación. La justicia de Dios cayó sobre el pecado en la persona de su hijo amado. Por eso los que hemos creído somos perdonados para contar con la opción de ingresar por las puertas celestiales hacia una vida eterna lejos de enfermedades, de sufrimientos, de hambrunas y pestes, de la muerte. . .eterna. Por lo demás, el caminar por la tierra depende de nuestra utilización en nuestro camino asidos estrechamente de las promesas que se nos dieron y que nos son hechas conocidas en la segunda Carta del Apóstol San Pedro. Lo son reitero, para los que han alcanzado “. . .la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa. . .”
“. . .por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. . .” (II S. Pedro 1:4).
El Evangelio es sencillo por cuanto está dirigido para todos los habitantes del orbe. No requiere de profundos estudios ni de cualidades eminentemente intelectuales para comprender las directrices. Solo se requiere de dos elementos básicos: fe, que es creer en Jesucristo como nuestro Salvador, Hijo del Dios Altísimo que vino por este rebaño ajeno a su pueblo escogido desde la antigüedad, y obediencia a sus parámetros de convivencia. Iniciamos con el perdón de nuestros pecados porque los pendientes no nos abren las puertas del cielo aunque nos golpeáramos nuestros pechos con una piedra. El que no perdona, no será perdonado.
La directriz principal es amar a nuestro Dios con todo nuestro ser y al prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Ello conlleva un concepto elevado de nuestra autoestima porque no estamos capacitados en contrario para dar de lo que no tenemos. De aquí en adelante es cuestión de conocer sus instrucciones y seguirlas. Es necesario leer, estudiar, aceptar y practicar en todo tiempo el Instructivo de la Palabra viva y actual de nuestro Dios. Todo está escrito, según lo confesó Jesús en las tentaciones en el desierto. Escrito está fueron sus palabras en la lucha contra el mal. Así debemos proceder.
No somos perfectos, pero sí perfectibles. Podemos crecer como personas de bien obedientes a Sus enseñanzas en todos los temas contenidos en la Biblia. Escrito está . . .
Hoy damos gracias por el milagro del Cristo en el madero, el que venció a la muerte, el que resucitó al tercer día. Felices Pascuas. Te damos gracias Altísimo Señor, Dios Eterno.
Por Gloria Navas
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